Una celebración para la humanidad, parte I

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Parece que las noticias a nivel internacional y nacional son desalentadoras porque en ellas parece predominar un aire de rencor u odio que tiene como consecuencia una desvirtualización de la humanidad que da escalofríos.

Bien es cierto también que siempre encontramos pequeños rayos de esperanza que, aunque sea por unos instantes sacan una sonrisa de nuestro ser más profundo, en definitiva, el corazón se exalta y algo que proviene de nuestro ser más íntimo quiere ser una buena persona: la mejor versión de nosotros mismos.

Entonces, ¿qué ejemplo debemos tomar ante tan aparentes contradictorias emociones que desatan una manera de ser y hacer tan distintas?, ¿cómo debo comportarme en la vida, con frialdad para sobrevivir sin que nos importen los golpes que sacuden nuestra existencia, o dejando el corazón allá por donde pasamos y en cada circunstancia en la que nos encontramos?

Lo ideal sería poder encontrar un equilibrio entre un carácter frío e indiferente y otro puramente emocional, pero mientras buscamos el camino para llegar a esa ecuación perfecta, reconozco que en mi experiencia, no me arrepiento de haberme dejado el corazón y el alma en cada sitio, persona, circunstancia o relación laboral vivida, claro que conlleva decepciones, frustraciones, tensiones y puede que alguna otra desilusión, sin embargo, creo que la implicación es sinónimo de crecimiento personal y profesional.

Es el momento de hacernos las siguientes preguntas: ¿qué actitud tengo hacia las circunstancias que me depara la vida en el día a día? ¿soy una persona que une a la gente, o que continuamente reprocha el comportamiento de los demás o ve más sus continuos defectos que sus talentos o habilidades?, ¿pienso que mis acciones pueden contribuir a ambicionar un mundo mejor, o por el contrario me parece un planteamiento del todo utópico?, ¿tengo envidia y me comparo constantemente con otras personas por lo que no tengo, y por tanto tiendo a ser más destructiva que constructiva, inclusiva o exclusiva?

́No podemos evitar los tropiezos ni nuestras propias carencias que pueden producir entre otros efectos de miedo e inseguridad, pero se trata de reflexionar como reaccionamos ante situaciones que nos crean dolor o frustración y llegar a la siguiente convicción: una situación aparentemente negativa puede provocar en nosotros con la actitud adecuada, que nos transformemos en personas más fuertes, alegres y decisivas, que no se conforman con la mediocridad, si no que ambicionan sacar lo mejor de sí mismos a cada momento, y que lo que realmente les importa no son las veces que se caen si no las que se levantan, y que siempre están dispuestas a tender una mano a los demás, saben escuchar, apoyar y ser comprensivas, empatizar con sus circunstancias.

La vida, por gracia o por desgracia, nos va a poner delante de situaciones límites, por eso es importante que nos encuentre correctamente entrenados. Una actitud adecuada no se improvisa de la noche a la mañana, es consecuencia del esfuerzo diario por querer mejorar que consiste básicamente en priorizar lo que realmente es importante, aprender a relativizar ante las adversidades del día a día, a valorar lo que importa y quien nos importa, eso es contribuir a hacernos mejores a nosotros y a los que nos rodean. Y no nos engañemos, esas pequeñas cosas contribuyen en nuestra verdadera felicidad, que reflejará una luz especial en nuestra mirada, esa visión continua de tener puestas las gafas de la esperanza y la solidaridad, que pese a los

golpes y tropiezos nunca dejaremos de soñar, de ambicionar los bienes mejores y luchar por lo que queremos, con la convicción profunda de tener la mente y el espíritu sintonizados para alcanzar nuestras propia metas, y ayudar a que los que nos rodeen también puedan conseguirlas.

En definitiva, este es el comienzo de lo que pretendo sea una guía que nos ayude en nuestro devenir diario. En el próximo capítulo abordaremos también cuestiones de índole jurídica, concretamente como deben actuar los directores de recursos humanos de la empresa, y “tips” para que tanto los trabajadores como los empresarios sepan mejorar su actividad profesional, que contribuya en un mayor rendimiento y beneficio para todas las personas. La próxima semana continuaremos con estas reflexiones que espero ayuden a contribuir a ser la mejor versión de nosotros mismos.

 

Isabel Moreno Martínez- Ortiz

Legal Advisor en IURIS&CO

www.iurisandco.com

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